La excursión a Alhama, organizada por ASPROJUMA para deleite de sus asociados y simpatizantes, tuvo lugar el pasado día 25 de mayo. Era nuestra intención conocer la ciudad y su historia de forma más amplia, por lo que nos acompañó un guía local, que nos fue mostrando los lugares más importantes y nos relató parte de su historia.
Alhama ha sido habitada desde los albores de la humanidad.
Del periodo Neolítico se han encontrado restos arqueológicos muy importantes en
diversos lugares. La evolución de Alhama comienza a partir del asentamiento
romano ubicado en la zona del Balneario. Algunos historiadores consideran que
pudo ser la ciudad que Plinio el Viejo denominó como Artigi. De ésta época
datan las termas, que posteriormente fueron reutilizadas por los árabes; y
también, el denominado puente romano y un trozo de antigua calzada. Desde finales
del siglo IX tenemos ya constancia de la actual Alhama, que en árabe significa
“manantial de agua caliente”. Alhama alcanzó su máxima trascendencia histórica
durante el periodo de plaza fuerte del reino nazarí de Granada, Baja Edad Media,
la ciudad experimentó un gran auge comercial, económico y urbanístico, que la
hicieron convertirse en una de las perlas más valiosas del Reino de Granada y,
también, en una de las piezas más codiciadas para los ejércitos comandados por
los Reyes Católicos.
Su toma por los ejércitos de la Corona de Castilla en 1482,
en represalia por la toma nazarí de Zahara de la Sierra (Cádiz) en 1481, significó
el inicio de la Guerra. Durante la misma, ya en manos castellanas, Alhama
sufrió varios sitios por parte de las fuerzas nazaríes, todos sin éxito.
Una vez consumada la conquista, comienzan a producirse
cambios significativos en la fisonomía de la ciudad. Las mezquitas se van
sustituyendo por iglesias; los antiguos zocos, dan paso a plazas abiertas; se
levantan nuevos edificios, aprovechando la estructura de otros más antiguos. El
guía lo expresaba de forma muy vehemente con alusiones a la dureza e imposición
de los Reyes Católicos, sobre todo Isabel, a la hora de destruir lo existente y
construir lo nuevo sobre lo viejo. Tras el apogeo alcanzado durante la Edad
Media, Alhama cae en un profundo olvido. Pese a todo, fue protagonista de un
siglo XIX muy convulso en todo el país, sufriendo, la ocupación de las tropas
francesas de Napoleón y las desamortizaciones que afectaron a algunos de sus
bienes eclesiásticos. Para culminar este periodo histórico, un lamentable
infortunio volverá a convertir a la ciudad, y a su comarca, en el centro de interés
de medio mundo. Nos referimos al terrible terremoto acontecido el 25 de
diciembre de 1884, conocido como Terremoto de Andalucía de 1884, que asolo las
provincias de Granada y Málaga.
Pero vayamos al viaje y la consiguiente visita. El guía nos fue mostrando diferentes lugares y
vistas panorámicas que abarcaron el casco antiguo y los impresionantes tajos y
barrancos, fraguados por su rio homónimo, que la hacían casi inexpugnable por
esas zonas, limitando su mejor defensa a la muralla. En el trayecto fuimos
visitando lugares como la Iglesia de Nuestra Señora Carmen, interior y
exterior; Mirador de los tajos; Cruz del Carmen; Casa de la Inquisición; Iglesia
Mayor de Santa María de la Encarnación (Parroquia). Plaza de los Presos. Cárcel
y pósito; Exterior del Hospital de la Reina o el Caño Wamba, etc.
El guía se explayó, delante de la Casa de la Inquisición,
contando el extraño caso de Eleno de Céspedes, que fue una cirujana española
del siglo XVI que según la documentación existente durante parte de su vida se
hizo pasar por hombre, de modo que algunos especialistas la consideran
transexual.
Posteriormente, y tras la comida en el Mesón de Diego, nos
desplazamos a visitar el balneario donde nos mostraron las dependencias y
descansamos antes de emprender la vuelta a casa.
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