Ayer día 10, dentro de nuestro
programa de visitas culturales, acudimos a ver uno de los espectáculos más
bellos de la naturaleza, como es la floración de las glicinias en el Jardín
Botánico de la Concepción. De la mano de nuestro amigo, colega y asociado,
Rafael Esteve, acudimos 15 asociados y simpatizantes de ASPROJUMA para conocer
in situ la floración de la glicinia y la amplísima colección de plantas
subtropicales y de todo tipo que conforma el patrimonio botánico de los
jardines. El profesor Esteve nos acompañó en una ruta sorprendente, explicando
plantas, historia y detalles solo reservados a los que conocen en profundidad
este mágico lugar, que guarda el sublime sentido de lo excelso de un mundo
mágico anclado al paraíso idealizado, con matices del Jardín de las Hespérides
de la diosa Hera.
El paseo entre el follaje y la
frondosidad de plantas y árboles de dimensiones considerables, la belleza de la
flor de la glicinia y otros muchas, dada la eclosión primaveral, los rayos de
luz jugando entre las hojas mecidas por la brisa, el variado trino de los
pajarillos que lo pueblan y la candorosa musicalidad del agua saltando entre
las piedras de su cauce en su eterna búsqueda del mar, conforman un espacio de belleza
singular difícilmente observable por otros lares.
Los Jardines de la Concepción
son un trocito del paraíso al costado de Málaga que merece ser visitado y
disfrutado por todos los amantes de la naturaleza y de la jardinería. Mas como yo
no soy experto en botánica ni gran conocedor de su historia y solo puedo
plasmar las emociones y sentimientos que despertó en mi interior la visita, he
transcrito algunos datos y apreciaciones que su propia página web pone de
relieve. También, he escaneado el texto que el profesor Esteve, como miembro de
Asociación de amigos del jardín nos facilitó, además de un conjunto de fotos
que fui realizando a lo largo de la vista, si bien son una mínima parte de todas
las que se hicieron por parte de los asistentes, que nos caracterizamos por el
gatillo fácil a la hora de disparar para captar imágenes. Nuestro presidente también
suele colgar en el Facebook de ASPROJUMA una muy buena colección de fotos
hechas por él, a la que os remito para gozar de esas perspectivas. No hago
referencia al museo arqueológico Loringiano por estar su material ubicado,
básicamente, en otros lugares o espacios museísticos más específicos y
especializados de Málaga y otros lugares.
HISTORIA
La hacienda de La Concepción
tiene su origen en la unión de varias fincas situadas a orillas del río
Guadalmedina, al norte de la ciudad de Málaga. De vocación agrícola, en ellas
había cultivos de cereales, olivos, almendros, vides y, sobre todo, cítricos.
Sus creadores fueron los marqueses de Casa Loring, Jorge Loring Oyarzábal y
Amalia Heredia Livermore, hijos ambos de conocidos empresarios que llegaron a
la ciudad en busca de fortuna. Según el jurista Rodríguez de Berlanga, la idea
de realizar el jardín les vino como resultado de la visita a los palacios,
villas, parques, haciendas y botánicos que conocieron en su viaje de novios,
realizado por toda Europa siete años antes. Para la creación del jardín
contaron con la ayuda de un jardinero francés llamado Jacinto Chamoussent, el
cual seleccionó y aclimató plantas exóticas, obteniendo numerosos premios a su
labor.
La Concepción fue conociéndose
en Europa desde sus inicios, pero no por su bello y exuberante jardín, sino por
la magnífica colección de restos arqueológicos reunida en torno al Museo
Loringiano, templete de estilo dórico que se construyó en 1859 teniendo como
base un mosaico romano descubierto en la villa de Cártama. Durante años el
matrimonio Loring se preocupó de recuperar cuantos restos arqueológicos
tuvieran a su alcance. Entre la colección destaca sin duda la Lex Flavia
Malacitana, bronce con las leyes romanas que regían Málaga en el año ochenta y
que hoy día está en el Museo Arqueológico Nacional; otras piezas que componían
la colección se hallan en el Museo Provincial de la Aduana en Málaga.
En 1911 La Concepción fue
vendida a un matrimonio de Bilbao formado por Rafael Echevarría y Amalia
Echevarrieta, quienes ampliaron el jardín con nuevas zonas como el arroyo de la
Ninfa, la Avenida de Palmeras y el Mirador hacia la ciudad. También
introdujeron numerosas esculturas contemporáneas entre las zonas ajardinadas,
que se sumaban a las ya existentes de carácter arqueológico.
En 1943 el jardín fue
declarado oficialmente jardín histórico artístico, considerado actualmente Bien
de Interés Cultural (BIC).
Una vez fallecido el
matrimonio vasco, La Concepción pasó a manos del hermano de Amalia, Horacio
Echevarrieta, quién conservó la hacienda en perfecto estado hasta 1963, año en
el que falleció. A partir de entonces la finca entró en franca decadencia, con
el abandono por sus herederos de sus edificios y jardines.
En 1990, la finca fue
adquirida por el Ayuntamiento de Málaga por 600 millones de pesetas (3.606.073
€). Tras algunas obras de infraestructura y adecuación, fue abierta al público
en 1994 con dos fines principales: conservar y mejorar el jardín histórico, y
constituir en el resto un jardín botánico donde las colecciones de plantas
tengan fines didácticos y científicos.
JARDÍN BOTÁNICO
Alrededor del jardín histórico
se encuentra el jardín botánico, donde las colecciones de plantas están
organizadas bajo un criterio científico. Así se puede ver cerca de la entrada
una colección de plantas acuáticas, otra de “plantas prehistóricas”, “la
rocalla de la biodiversidad”, un invernadero con insectívoras, bromelias y
orquídeas; una colección de plantas africanas y otra de bambúes. Al norte se
puede visitar la ruta “La vuelta al mundo en 80 árboles”; la colección de
palmeras, que enriquece la existente en el jardín histórico; una colección de
variedades de vides malagueñas y otra de olivos en la zona de “Las plantas de
nuestra tierra”. La franja superior del jardín histórico está recorrida por la
ruta forestal y la de los miradores, ambas con plantas autóctonas. En la parte
más al sur se ubica la colección de cactáceas y suculentas, la de frutales
subtropicales y el limonar histórico.
JARDÍN HISTÓRICO
El jardín, reconocido en 1943
como “jardín histórico-artístico”, ocupa 3’5 hectáreas. Su principal valor
reside en su característica topografía, su intacto trazado y la colección de
flora subtropical que alberga. Situado en la ladera de una pequeña montaña y
con un diseño paisajista, se suceden las cascadas, riachuelos, fuentes,
escalinatas, invernaderos, grandes árboles y ancianas palmeras, estas últimas
constituyen una de las colecciones mejores existentes en Europa.
De las más de 3.000 especies
presentes en la finca hay que destacar la importancia de la arboleda
monumental, con ejemplares centenarios, donde destacan los ficus (Ficus
microcarpa y F. macrophylla), las araucarias (Araucaria heterophylla y A.
bidwilli), las casuarinas, magnolios, pinos, cipreses y cedros, entre otros.
Existen también cicas (Cycas revoluta y C. circinalis), aves del paraíso
gigante (Strelitzia nicolai), bambúes (Phyllostachys nigra, Bambusa vulgaris,
etc.), nenúfares y una trepadora singular (Wisteria sinensis) que cubre un
enorme cenador en hierro del siglo XIX.
(Texto y fotos: Antonio Porras
Cabrera)
Texto que nos dio el profesor Esteve
(Para poder leer con claridad el texto
es conveniente cargarlo cliqueando sobre él)
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