Alcalá de Guadaíra es, tal vez, una de las localidades
más lejanas que hemos visitado desde Málaga. Como siempre, contactamos con la
oficina de Información y Turismo de la ciudad que nos facilitó información
sobre rutas para visitarlas, guías que nos podían acompañar con conocimiento y solvencia
y restaurantes.
Salimos a las 8 de la mañana del día 26 de la parada
habitual y llegamos a la localidad sobre las 11 AM, tras hacer una parada para
desayunar en ruta. Nos esperaba nuestra guía, Lucia Núñez, que ya nos
acompañaría durante todo el recorrido.
Empezamos por visitar el Santuario de Ntra. Señora
del Águila, ubicado en el mismo recinto del castillo, y regentado por la Siervas
del hogar de la Madre. Una hermana de la congregación nos explicó su historia y
nos facilitó amplia información sobre el santuario y su trascendencia.
Posteriormente nos desplazamos al Centro de Interpretación
del Castillo donde Lucia fue desgranando la historia de la villa y su valor como
lugar estratégico de la zona, así como su importancia para la comarca por ser
un lugar de agua, trigo y molinos, lo que le llevó a ser el principal suministrador
de pan de la ciudad de Sevilla, ubicada a pocos kilómetros; de ahí que se le llame también Alcalá de los panaderos.
Pasamos a visitar el castillo, del que apenas quedan
las murallas y torreones, junto a los muros y algunos detalles que nos hacen imaginar lo que fue en su día. Está ubicado en la parte superior del alcor o
cerro que alberga el recinto amurallado de la villa y tiene tres recintos bien
delimitados: el primero es el Patio de la Sima, el segundo es el Patio de los Silos
y el tercero lo conformarían las construcciones residenciales que le dan cierto carácter
palaciego, con la torre del homenaje y un foso que lo separa del segundo. Desde
el adarve se domina, visualmente, toda la zona hasta la misma Sevilla.
Se ha de reseñar que en este castillo habitó Dñª
Leonor de Guzmán, amante del rey Alfonso XI de Castilla, al que le dio 10
hijos durante sus 22 años de relación, mientras su legítima esposa, María de Portugal
solo le dio uno, Pedro I, llamado el cruel por sus enemigos y el justiciero por
sus seguidores. Dñª Leonor, a pesar de
ser amante y concubina del rey, tuvo tan buen trato por Alfonso XI que humilló
a la reina legítima, María de Portugal, por lo que una vez muerto el rey, al
subir al trono su hijo Pedro, que lo era de María, la hizo ejecutar por las humillaciones
que sufrió su madre (estos reyes… siempre tuvieron líos de faldas, si no que se
lo digan al propio Pedro I y su relación con María de Padilla (si alguna vez van
por Astudillo, en Palencia, visiten el monasterios de las Clarisas, donde hay
mucha historia de esa relación). Pedro I, luchó cruelmente contra su hermanastro
Enrique de Trastámara, hasta que fue vencido por este y ejecutado). Pero
dejemos esa historia tan interesante de amores y desamores, de lucha por el
poder, lavado de afrentas y venganzas, y vayamos a lo nuestro.
Posteriormente, soportando una calor superior a lo normal
en estos tiempos, nos desplazamos a la Harinera de Gaudaíra, donde se ubica la oficina
de información y turismo y una exposición de la maquinaria que se usó hasta no
hace mucho para la obtención de la harina. Lucia nos fue explicando todo el proceso
para que el molido del trigo acabara en una excelente harina.
Aun así, hubo unos cuantos y cuantas de valientes (yo
entre ellos) que nos atrevimos a bajar por el cauce del río para ver el Molino del
Algarrobo, ubicado junto al mismo, como es lógico, con una torre que parece
fortificada, fechada en el siglo XIV. Me pareció frio y pobre en tanto esperaba
que se mostrara con más precisión una reconstrucción de sus mecanismos de
funcionamiento y ornamentación con enseres y utensilios de la época. Desde aquí
invito a los responsables del mismo a completarlo como museo al estilo de los molinos
de viento de Consuegra en Ciudad Real u otros muchos existentes a lo largo y ancho
de nuestro país; son elementos importantes a la hora de formar y educar a los
niños y mayores en lo que fue el pasado y cómo se realizaban las tareas de la
molienda y el refinado de la harina no hace muchos décadas.
Ya era tiempo, tras tres horas de paseo, visita y
atención a las explicaciones de nuestra guía, la señorita Lucia, de reponer fuerzas.
La Cuchara Andaluza fue el lugar elegido para este menester tan importante.
Excelente atención, abundantes comida de calidad, y cerveza fría servida en
frescos recipientes de barro, además de otros aditamentos sólidos y líquidos. Charla,
coloquio, risas y buen ambiente cerraron la jornada. Vuelta a Málaga y a
esperar a la próxima para volver a disfrutar de la amistad, cultura local,
turismo, gastronomía y “el buen rollo” que suele caracterizar nuestras
excursiones.
Como siempre os dejo unas cuantas fotos que fui
haciendo durante la visita
Texto y fotos: Antonio Porras Cabrera
Fantástico reportaje y precioso conjunto de fotos para el recuerdo de una jornada turística de la que disfrutamos todos y que transcurrió todo el tiempo, con alegría y buen humor. Quiero dejar constancia de la atención prestada y excelente información recibida por parte de la joven Lucía Núñez, nuestra guía, así como del lugar escogido para la restauración, "La Cuchara Andaluza", que fue un acierto por lo maravillosamente que se nos atendió y su excelente menú.
ResponderEliminarMagnífico reportaje. ¡ Qué envidia !
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