sábado, 12 de enero de 2019

Visita al museo de los Belenes de Mollina


Hace un año visité por primera vez el museo de los Belenes de Mollina, quedando maravillado por la cantidad de obras de arte que se exponen. En este caso, ayer día 11 de enero, de la mano de ASPROJUMA, hemos visitado el lugar un grupo de asociados y amigos de la asociación, contando con la explicación experta de Ana Caballero, miembro fundador de la propia fundación Díaz Caballero, que nos fue presentando las obras expuestas y desgranando aspectos y detalles desconocidos para el visitante sobre su procedencia, construcción y simbología.

Sin ser una exposición de exclusivo dominio religioso, se presentan, bajo el nombre de exposición de belenes, una gran variedad de belenes y motivos arquitectónicos afines. En ella puede verse, en la misma entrada, una soberbia reproducción del Arco de Constantino adornado por una cuadriga, tirada por caballos blancos, y diferentes figuras que componen una escenografía típica de aquel tiempo. En otra sala, dedicada a motivos bíblicos, se pueden ver desde una representación en figuras del Antiguo Testamento con Adán y Eva, el Arca de Noé, la Torre de Babel, Abrahán ofreciendo en sacrificio a Isaac, David batiéndose con Goliat, etc. hasta la crucifixión y posterior resurrección de Cristo.

Dentro de la amplia oferta de belenes (más de 60 y alrededor de 1000 figuras de reconocidos autores nacionales e internacionales), podemos encontrar de todas las procedencias, remarcándose los de origen español (sobre todo catalanes y andaluces), alguno italiano y de otras nacionalidades. Pero también nos ofrece una reconstrucción de la monumentalidad andaluza, partiendo de Huelva y terminando en Almería, en una sala específica para ello.

Me llamó la atención la imagen de expresión minimalista, donde se representa una virgen solitaria en una fría sala de la casa Batlló. Es singular, así mismo, uno con la catedral de Burgos como marco de referencia, realizado con una exactitud y detalles admirables.

Pero, en todo caso, impresiona la cantidad de escenarios, de creatividad, que se exponen para representar los motivos navideños. Pueblos de la montaña, del mar, cuevas en los bosques, escenarios reales o imaginarios que, en tanta diversidad, sorprenden gratamente al visitante. No es explicable, con palabras, el montaje tan complejo, la diversidad de trabajos expuestos, la belleza que presentan o las emociones que despiertan su observación. Por tanto, prefiero dejar un conjunto de fotos para que esas imágenes, multiplicados por mil palabras, os lleven el mensaje que pretendo expresar. En cuanto a las fotos, nuestro presidente, Ricardo Hernández Diosdado, ha colgado en su muro de facebook algunos cientos de ellas, por lo que podéis acudir a ese lugar para tener una visión más amplia a través de esas imágenes. (cliquear aquí)

Otra gran ventaja es la posibilidad de comer en el mismo restaurante del museo por un módico precio. En nuestro caso, tras ver las instalaciones museísticas adornadas por las fundamentadas y precisas aportaciones de nuestra guía, y comer in situ, nos desplazamos a la laguna de Fuente de Piedra, donde pasamos por el centro de visitantes y, tras recorrerlo y visualizar una proyección sobre el humedal de la laguna, dimos un paseo por los alrededores para contemplar el entorno en un día no muy frío, a pesar de las previsiones, donde la luz del sol jugaba con las aguas plateadas y las nubes, dándole un brillo especial a la superficie de la propia laguna.

No está bien que sea yo, como organizador, el que alabe y realce el viaje, pero, según la mayoría de los comentarios que me llegaron de los participantes, fue un excelente acierto el realizarlo.

  

Texto y fotos: Antonio Porras Cabrera














































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