viernes, 25 de febrero de 2022

IN MEMORIAM de Ricardo Hernández Diosdado

  

Fatídico 14 de diciembre de 2021

El drama se puede esconder tras una esquina, al cruzar una calle o simplemente te sorprende por vivir la vida. A veces te sacude un latigazo inesperado y una salvaje espada lacera el corazón solo con la palabra, con el mensaje que recibes dándote la noticia de la tragedia. Puedes andar cargado de proyectos, de esperanzas e intenciones, repleto de deseos y aspiraciones, pero la Parca traicionera, oculta en el invisible anonimato que la protege, salta rauda para arrebatarte la vida tomando formas extrañas.

Una moto, ese artilugio infernal que tantas vidas se ha llevado por delante, sorprendió a nuestro compañero y presidente de ASPROJUMA, Ricardo Hernández Diosdado, con quien he compartido responsabilidades en la Junta Directiva, ejerciendo la vicepresidencia, durante los últimos cinco años.

A Ricardo le conocí en las sesiones del libro fórum que nuestra común amiga, María Jesús Albarracín, organizaba; también de las tertulias literarias del Ateneo coordinadas por otro gran amigo, José Olivero Palomeque. Era un hombre docto en su sentido más amplio: Doctor en Ciencias Económicas, además de licenciado en Historia y una vasta formación en humanidades y demás ciencias. Fue pionero como profesor de la Universidad de Málaga en sus tiempos de arraigo y expansión, tiempos de lucha y compromiso; luego en la UNED. Empresario y viajero incansable.

De hábil pluma y fácil verbo tocaba con su intelecto las teclas del conocimiento y la expresión del mismo. Ideólogo, crítico, escritor, poeta, conferenciante y un amplio etc. De intensa vida social, a la vez que lobo solitario en la estepa de la vida, fue fraguando una forma de ser y estar en libertad ajustada a su idiosincrasia.

Hace cinco años iniciamos, codo con codo, una nueva etapa en la dirección de ASPROJUMA.  Yo le llevé a la asociación y contrajimos el compromiso de la candidatura a la Junta Directiva de ASPROJUMA, para coger el relevo de Chelo Gámez y continuar la labor. En nuestros debates mantuvimos acuerdos y desacuerdos, como debe ser para que las cosas evolucionen en su justo término, pero siempre con el objetivo de consolidar la asociación y su oferta lúdico-cultural, cosa que doy por lograda. La Junta Directiva, en su conjunto, se esforzó en los logros obtenidos y trabajó intensamente para conseguirlos, de todos es el mérito y suyo el ejercicio principal de la presidencia.

Estoy convencido de que, hoy, somos todos los asociados, miembros cooperantes y simpatizantes de la asociación ASPROJUMA los que sentimos el dramático desenlace de su vida, arrancada traumáticamente por un fatal accidente. Yo siempre lo tendré presente y lo recordaré también a través del magnífico prólogo que dedico a mi libro “Microensayos sobre la vida y las ideas”. Gracias amigo, descansa en paz.

¡DESCANSE EN PAZ Y QUE PERVIVA EN NOSOTROS SU MEMORIA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario