miércoles, 4 de mayo de 2022

EL GRAN DICTADOR.

 

                                                   

                                            


Cine fórum: EL GRAN DICTADOR

 Reseña de la película proyectada el 25 de marzo 2022


     DIRECTOR: Charles Chaplin

     GUIÓN: Charles Chaplin

     MÚSICA: Charles Chaplin, Wagner y Brahms

     FOTOGRAFÍA: Karl Strauss

     INTERPRETES: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jak Oakie

     DURACIÓN: 120 minutos

     AÑO: 1940

 

Esta película que se va a proyectar y la anterior, se programan como dos formas distintas de enfocar el tema bélico. La primera, “La gran guerra”, era una historia trágica-irónica sobre un estudio de la guerra en general, y donde el soldado raso era la razón de la misma; la segunda, se programa en sintonía con los acontecimientos de nuestro tiempo. La primera se centra en la actuación de los integrantes de esos soldados rasos que no saben el motivo del porqué están en la contiendan; mientras que la segunda es una obra que se rueda al tiempo que se declara la segunda guerra mundial, y se centra en los resortes que mueven a los dictadores a conquistar y a sus víctimas a involucrarse en la contienda, donde mueren miles de personas. Es la visión sarcástica de esos mandatarios.

Hay una situación igualmente distante en la realización de ambos films; en el primero, los personajes se mueven dentro de la naturalidad de las formas, la comedia surge por unos hombres, dentro de la cotidianidad de la guerra, asustados, envalentonados por orgullo personal o miedosos, fruto de su propia condición humana; la segunda se desarrolla dentro de la mímica, las expresiones y los gestos, a veces distorsionados de estos personajes, y creados por uno de los más grandes ideólogos y cineasta que ha dado el cine, donde la palabra se acentúa considerablemente por la llegada del sonoro. De aquí, que la apariencia y subterránea exposición sea la puesta en escena del primer films, mientras que la exposición directa de la palabra junto a la mímica del cine mudo, alcanza su desarrollo en el segundo. Basta para ello señalar, la magnífica escena del barbero afeitando al compás de la Danza húngara nº 5 de Brahms, o el episodio de Cesar o Nada utilizando un globo para explicar la aspiración de apoderarse del mundo por Hitler. Pero por encima de todo, es el enfoque de la libertad y la democracia contra las dictaduras.

Cualquiera que escuche el párrafo final de la película, en defensa de la libertad y en lucha contra la opresión, sabrá simplemente que bando tomar.

La denuncia de Charles Chaplin de lo que estaba ocurriendo en Europa, hizo que fuera requerido por el fiscal general del estado a efecto de ser interrogado.  Viajaba a Londres para presentar “Candilejas”, y visto que el fiscal le había retirado el visado de retorno para entrar en América cuando iba en el Queen Elizabeth por no hacer caso previo a su requerimiento, optó por exiliarse. Lo cierto es que uno de los autores más lúcidos, defensores de la libertad, y de su propio americanismo, tuvo que marcharse y no retornar a América. Al final de sus días realizó su última película “La condesa de Hong Kong” en Londres, con una productora americana. Posteriormente recibió el Oscar a toda su carrera, que motivó en el acto de la Academia un aplauso de 10 minutos.

Lástima que aquellos que promovieron tal descalabro y nos impidieron seguir viendo sus posibles películas, no estuvieran a la altura de las circunstancias. No obstante, también realizó otra película en su país de origen, Londres, que fue, “Un rey en Nueva York”, una crítica dura contra el Comité del Senado norteamericano y McCarthy.  Probamente nos perdimos otras muchas películas que no llegó a realizar.

Para conocimiento de estos acontecimientos reproduciré una referencia que hace Javier Coma en su libro Diccionario de la Caza de brujas de Inédita Editores, donde especifica entre otras cosas lo siguiente.

…” adquirió imagen de filo comunista con sus obras en torno a  “Luces de la ciudad”, “Tiempos modernos”, y “El gran dictador”. El 14 de abril de 1947, tras el estreno neoyorquino, tres días antes, de su corrosivo film Monsieur Verdoux, celebró una rueda de prensa en el transcurso de la cual un representante de la organización Catholic War Veterans le asedió con preguntas sobre sus inclinaciones ideológicas y exhibió sospechas acerca de su postura política, por no decir reproches ni acusaciones…”

…”Los ataques contra Chaplin, investigado por el FBI y el HUAC, proliferaron, y el hecho de que aquel nunca hubiese renunciado a la ciudadanía británica pese a residir en América se convirtió en algo sumamente peligroso.”

Chaplin siempre estuvo de acuerdo en considerarse un buen americano y un gran liberal.

Respecto a “El gran dictador”, reproducimos las palabras que pronunció el propio Chaplin, respecto a lo que consideraba su concepto moral.

“Si hubiese tenido conocimiento de los horrores de los campos de concentración alemanes no habría podido rodar “El gran dictador”; no habría podido burlarme de la demencia homicida de los nazis. No obstante, estaba decidido a ridiculizar su absurda mística en relación con una raza de sangre pura”

No obstante, que sea también las palabras de un gran crítico Javier Pradera, quien termine con esta reseña:

“La película es una sátira feroz del nazismo, un cruel daguerrotipo de Adolf Hitler y de Benito Mussolini, una crítica ridiculizadora de la mística fascista, una conmovedora reivindicación de la libertad, igualdad y la democracia. Los discursos inarticulados de Chaplin como Hinkel son una genial imitación cómica de las arengas hitlerianas en Nüremberg, Munich o Berlín.”

Chaplin desdobla su personalidad en la última escena, donde Hitler es sustituido por el barbero, el judío del gueto, a quien se confunde con el dictador, y pronuncia un discurso que ha quedado en la  historia del cine, y que se acompaña en esta reseña.

En el estreno de “El gran dictador” se le gritaba “judío” en tono despectivo, y el exclamó, “No es necesario ser judío para ser antinazi”. La única persona de nacionalidad judía que participaba en la película era Paulette Goddard.   

Sólo decir, que es la primera película de Chaplin enteramente sonora, y que se estrenó en España en 1976, una vez muerto Franco, pero que queda como una obra inolvidable de unos de los genios y más extraordinarios autores del séptimo arte.


 





 

Carlos Guillermo Navarro

Coordinador del Cine fórum de ASPROJUMA




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