Dentro de nuestra actividad de
visita a museos que se viene realizando, en este caso, hemos optado por visitar el pasado día 7 un lugar donde se conjuga la historia de Málaga, su cultura y sociedad con el importante
papel de la burguesía del XIX, mediante el culto a la memoria de los que ya nos
dejaron y fraguaron, desde el ayer, lo que somos hoy.
De la experta y documentada
mano del profesor Francisco José Rodríguez Marín, tal vez la mayor autoridad en
el conocimiento de este campo santo, visitamos durante más de dos horas el
recinto. Nos fue desgranando su historia y explicando las características de los
diferentes mausoleos, su arquitectura y la historia de las familias y los personajes
más significativos, cuyos restos descansan en los mismos.
Agradecemos, desde esta página,
la dedicación y solvencia de las explicaciones del profesor Rodríguez, así como
las atenciones y disposición del señor Jorge Serra que fue quien nos encauzó y
facilitó la visita. Gracias a ambos. Pero para dejar en este blog mejores datos
de los que yo pudiera hacer constar, transcribo el texto que la Asociación de
Amigos del Cementerio de San Miguel, refleja en su página web sobre la historia
del recinto (Enlace a la
web), en el enlace se podrá observar el texto acompañado de las fotos que
exponen para completar la explicación, por lo que aconsejo lo visitéis. Al
final pondré algunas fotos de la visita.
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HISTORIA
Como lugar de entierro desde
principios del siglo XIX, el Cementerio de San Miguel de Málaga (España) es
considerado por los expertos uno de los principales cementerios monumentales de
Andalucía y de todo el país. Su fundación obedece, como la de tantos cementerios
españoles, a una Real Cédula de 1787 del Rey Carlos III en la que, por razones
sanitarias, prohibe seguir enterrando en las iglesias y conventos. El acta de
bendición puede leerse en el apartado de documentos.
San Miguel es una de las pocas
necrópolis del siglo XIX que ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacta:
la portada, la capilla, la mayoría de los panteones, las salas de pésame o de
velatorios, aunque muy deteriorados, se han conservado desde el siglo XIX.
De estilo neoclásico, el
cementerio queda cercado en 1829. Su capilla queda inaugurada en 1837, y es
restaurada en 1848 por la familia Heredia. En sus sucesivas distribuciones
intervinieron arquitectos municipales como Cirilo Salinas, Rafael Mitjana
(1848), José Trigueros (1863).
En su interior, y siguiendo el
concepto de cementerio monumental y romántico, las grandes familias de la
burguesía malagueña del XIX construyeron panteones en los que utilizaron nobles
materiales y que fueron firmados por prestigiosos arquitectos y maestros de
obras. El primer mausoleo levantado fue el obelisco en memoria de Salvador
Barroso, realizado en 1844 por Cirilo Salinas. Y a él seguirían muchos otros,
unos doscientos cincuenta, edificados en los más variados estilos historicistas
o eclécticos por arquitectos como Gerónimo Cuervo, José Trigueros, Joaquin de
Rucoba, Diego Clavero, Manuel García del Álamo, Manuel Rivera Valentín, Rafael
Moreno, Guerrero Strachan, etc.
La escultura, aunque menos
numerosa, está presente con una pieza maestra: la tumba de Manuel Agustín
Heredia realizada en Italia por Lorenzo Bartolini, que fuera uno de los
escultores favoritos de Napoleón. También alberga interesantes obras de Adrián
Risueño, Frapolli, Gutiérrez de León, García Carreras. Destacan también las
magníficas verjas y rejas de hierro, procedentes de las afamadas ferrerías
malagueñas del siglo XIX.
Junto al interés artístico de
la necrópolis, está presente en San Miguel la memoria de numerosos hechos
históricos y las tumbas de personajes de proyección internacional, que pueden
ver en el apartado de personajes ilustres.
Las cofradías también son un
hecho diferenciador en San Miguel. El Ayuntamiento, siempre con problemas de
liquidez, recurrió a las cofradías y hermandades de la ciudad para lograr el
cerramiento del camposanto, y dichas hermandades levantaron con sus paneles de
nichos los muros que lo cierran. Muchas de estas cofradías edificaron posteriormente
panteones en el propio San Miguel, y vendieron sus nichos a particulares. Entre
las cofradías que tuvieron o tienen presencia en San Miguel: Viñeros, Sangre,
Buena Muerte, Huerto, El Rico, Paloma, las hermandades de Ánimas de Ciegos, de
Santiago, de San Juan, del Sagrario, etc.
Generalmente son las clases
acomodadas las que optaron por el enterramiento en nichos, huyendo de la
sepultura común, aunque la opinión sobre los nichos varía. Así, en un
expediente conservado en el Archivo Histórico Municipal se hace referencia a
una Real Orden de 1867 prohibiendo el enterramiento en nichos, orden que pronto
cae en el olvido. El Ayuntamiento irá edificando nuevos patios con nichos,
generalmente de alquiler, para acoger la demanda de una ciudad en crecimiento.
El cementerio de San Miguel
está unido a los últimos doscientos años de la historia de Málaga y numerosos
son los acontecimientos de los que ha sido testigo: el entierro del general
liberal José María de Torrijos y sus compañeros, fusilados en las playas de El
Bulto, y que posteriormente serían trasladados al monumento funerario de la
plaza de la Merced; las epidemias, el entierro de destacados personajes de la
monarquía, el republicanismo histórico, los enterramientos de la guerra civil,
la autonomía andaluza, etc.
Con motivo de la clausura del
cementerio en 1987 y de la reconversión posterior en columbario, han
desaparecido la práctica totalidad de nichos y tumbas de alquiler, quedando el
cementerio reducido a sus actuales dimensiones, que son las de los dos patios
monumentales.
El Tribunal Supremo declaró
nula la clausura en el año 1992 y reconoció los derechos de propiedad y
perpetuidad particulares existentes en el cementerio, aunque no la posibilidad
de seguir enterrando en estas propiedades.
En enero de 1996 nace la
Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel con el propósito de
reivindicar el patrimonio del camposanto y servir de foro de debate entre
Ayuntamiento y propietarios para adoptar medidas tendentes a la recuperación de
la zona monumental del cementerio.
El 26 de enero de 2003 el
Ayuntamiento de Málaga aprueba una moción en la que reconoce la vigencia de los
derechos particulares, y admite el uso futuro como columbario de los nichos y
panteones de propiedad y perpetuidad.
En el año 2015 la Junta de
Andalucía ha incluido el cementerio de San Miguel en el Catálogo General del
Patrimonio Histórico Andaluz.
La Poeta doña María Victoria
Atencia, Hija predilecta de Andalucía, compuso este poema
dedicado al Cementerio de San
Miguel:
ENTRE LOS QUE SE FUERON
Entre los que se fueron, por
estas avenidas
voy más llena que nunca. Roza
la primavera
mi piel como un anuncio de lo
que se avecine.
Mármoles y naranjos, el rumor
de una abeja
y un silencio tan solo
comparable al momento
en que van a cruzarse dos
predestinaciones.
Narcisos dejaré más allá de
esta hora
y que toquen sus pétalos
nombres entrelazados.
Fuera de este recinto está el
vacío sobre
la ciudad anhelante a cuya luz
me encuentro
con el significado preciso de
la vida
como un libro que abriese de
par en par sus verjas.
María Victoria Atencia
Finalmente, reiteramos nuestro agradecimiento al profesor Rodríguez Marín y al señor Serra Castañeda por su acompañamiento y disposición antes y durante la visita. Gracias, pues, a ambos.
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